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En un mundo que va de cada vez más rápido, que consume más, que exige más y que nos mantiene en niveles de alerta constantes, muchas personas encuentran en la fotografía un motivo de disfrute, calma y paz. Existe en todo el mundo un movimiento Slow, que busca ralentizar las acciones diarias y dedicar momentos a nuestra calma. Mindfulness, yoga, slow food, y ahora también Slow Photography son términos que cada vez se integran más en nuestro vocabulario.
Pienso que entender la fotografía de una forma lenta y pausada te aportará grandes beneficios, tanto a nivel fotográfico como a nivel personal. Darte permiso para parar, entender, disfrutar de la fotografía pero también del entorno, incluso empezar a hacer fotos sin establecer la hora a la que acabarás, te aportará muchos beneficios.
Y ya me perdonaréis que me ponga en plan “hippy-super-flow” jejeje, pero es que entiendo la fotografía precisamente como Slow Photography, la practico casi desde que empecé a hacer fotos y la verdad es que me aporta mucho tanto a nivel personal, como a nivel fotográfico y profesional.
Qué es la Slow Photography
Básicamente es hacer fotos con calma. Lo que ocurre es que el término “slow”, lento, surge como movimiento contrario o alternativo al movimiento “fast”, rápido, del “fast-food”, “fast-shopping” y de la vida rápida en general.
El movimiento “fast” nos genera esa necesidad de hacerlo todo a toda prisa independientemente de que los resultados puedan ser los mejores y, sobre todo, independientemente de cómo nos sintamos al hacer las cosas de este modo. La cuestión es hacerlo más rápido y así poder hacer más y más, producir o consumir, da igual, más es mejor.
De esta forma, la “fast-food” o comida rápida, termina convirtiéndose en sinónimo de comida-basura.
La fotografía se ve atrapada en ese movimiento rápido. Los medios de comunicación se digitalizan, necesitan fotos al instante, publicar más fotos que los demás. En las redes sociales necesitamos publicar más y más contenido para hacernos famosos, influencers, conocidos, seguidos o lo que sea que busquemos ahí. Eso nos requiere hacer más y más fotos, casi sin pensar, tú dispara y luego ya veremos qué hacemos con la foto.
Por eso, aunque no sea lo suyo definir algo como lo contrario a otra cosa, podríamos decir que la Slow Photography, la Fotografía Lenta, forma parte de ese movimiento contrario a lo rápido.
Resumiéndolo se trata de tomarse la fotografía como un rato de pausa, de calma y de conectar con lo que nos rodea más allá de un momento para conseguir fotos y más fotos.
Slow Photography en nuestra vida
Simplemente a modo de apunte, la Slow photography puede ser nuestro momento de calma y nuestra excusa para ralentizar nuestro día a día. Es una gran “herramienta” en este sentido porque la misma fotografía se presta a que así sea.
Pero desde mi punto de vista, pienso que debería ser una forma de entender nuestra vida en todos los aspectos. No deberíamos necesitar ese momento de pausa ya que deberíamos conseguir que toda nuestra vida vaya un poco más lenta.
Aunque también es cierto que vivimos en el mundo en qué vivimos y cada uno con sus propias circunstancias, así que… se hace lo que se puede.
Calma y disfrute
En ocasiones nos olvidamos de los motivos que nos llevaron a hacer fotos, a coger la cámara y a darnos un paseo por la ciudad o por la naturaleza buscando algún motivo que fotografiar.
Es muy probable que, salvo que compraras tu cámara con fines comerciales, por ejemplo para hacer fotos de los productos que ibas a vender en internet, uno de los motivos que te llevó a comprar una cámara fuese el hecho de que pensabas que podrías disfrutar haciendo fotos, incluso hacer cosas que te permitieran disfrutar más.
Lo importante cuando practicamos la slow photography es tener presente que lo que perseguimos son momentos de calma y de disfrute, no estresarnos más ni tener que correr de un lado a otro.
No nos fijamos objetivos, ni siquiera nos planteamos como objetivo el hecho de pasar un rato agradable, no perseguimos cantidad de fotos. Nos centramos en disfrutar del momento, sin obligaciones, en calma, sin prisa.
La fotografía como experiencia no como objetivo
Si decides hacer puenting es probable que uno de los objetivos ese día sea no llegar a tocar el suelo en tu salto. O si saltas en paracaídas, que tu objetivo sea abrir el paracaídas correctamente. Pero tanto una cosa como la otra no son objetivos en sí, sino que forman parte de la experiencia de hacer puenting o saltar en paracaídas. Creo yo, no he hecho ni una cosa ni la otra, pero imagino que es algo así…
Al salir a hacer fotos, aunque la mayoría de veces no asumamos tanto riesgo ni sea tan emocionante como saltar desde un puente o una avioneta, sí que podemos entenderlo como una experiencia.
Por suerte, podemos disfrutar de esa experiencia y, si no llegamos a hacer ninguna foto, no nos estrellaremos contra el suelo como ocurriría si saltásemos en paracaídas y no cumpliésemos el objetivo de sacar el paracaídas.
Si salimos a hacer fotos y no hacemos ninguna foto, sólo ocurrirá una cosa, que no tendremos ninguna nueva foto. Pero nada más! Podremos haber disfrutado de nuestro paseo, de fijarnos en lo que nos rodea, observarlo todo con mirada fotográfica, disfrutar de las escenas, de los detalles, de la luz…
En la Slow Photography buscamos vivir la experiencia de la fotografía, haciendo fotos, pero no como objetivo, sino como consecuencia de nuestra experiencia.
Calidad más que cantidad
Seguramente ya por el mero hecho de buscar una experiencia en la fotografía más allá de hacer fotos ya estaremos encaminándonos a hacer menos pero mejores fotografías.
Lo que buscamos al practicar la Slow Photography es precisamente hacer fotos de calidad, darlo todo, poner en práctica todo lo que sabemos y dedicarle el tiempo que se merece cada fotografía.
Si pensamos que esperando a que baje el sol conseguiremos una mejor foto, esperamos. Si pensamos que utilizando un golpe de flash, mejoraremos la foto, lo usamos. Así con todo.
Sentir, conectar y crear
Siguiendo con la calidad por encima de la cantidad, lo que buscamos no es hacer fotos a todo lo que se nos plante delante, sino esperar a que algo nos llame la atención, esperar a que despierte la chispa que sentimos al ver algo que nos emociona.
Una vez que sentimos esa sensación, vamos a plantearnos porqué tenemos esa sensación y porqué nos apetece fotografiar eso. Diríamos que es la fase de conectar con lo que estamos sintiendo.
Entonces sí sabremos que estamos ante una escena que merece todo nuestro tiempo y esfuerzo para ser fotografiada.
Pensar y paciencia
Como vamos a dedicar nuestro tiempo y esfuerzo a hacer esa foto, merece la pena que nos paremos a pensar en las opciones que tenemos para mejorar los resultados.
En ocasiones se tratará de poner en práctica la técnica que conocemos, incluso las técnicas más avanzadas para conseguir mejorar los resultados, llegar un poco más allá y convertir la foto de esa escena en Nuestra Foto de la escena.
A veces más que la técnica, lo que necesitaremos es esperar a que las condiciones mejoren, que la luz cambie o que se den las circunstancias para que todo esté en su sitio, como queremos, como sentimos que quedará mejor la foto.
Sueña y simplifica
Dedicarle tanto tiempo a la foto puede parecer que mermará la parte creativa. Si tenemos que pensar en tantas cosas o pasar tanto tiempo antes de disparar, parece que se rompe el encanto de hacer las fotos instantáneas.
Para nada, la slow photography no impide que hagas fotos rápidas o que te pierdas momentos fugaces. La idea es que se convierta en una forma de fotografíar, una manera de entender la fotografía.
Sueña con conseguir grandes fotografías, sean bodegones hiper-preparados o escenas fugaces en las que deberás fotografiar en un instante.
Y para conseguir ese sueño, póntelo fácil. Menos es más, y precisamente la slow photography se basa en esta idea.
Contar antes que enseñar
Cuando seguimos la filosofía de la Slow Photography, la intención al hacer fotos es la de captar para contar. Hablar a través de la imagen de qué es lo que hemos visto, vivido y experimentado.
Más que enseñar una nueva foto, compartir nuestro punto de vista o demostrar nada a nadie, lo que buscamos es transmitir.
Comparte la experiencia además de la foto
Por eso es habitual que los fotógrafos y fotógrafas que entienden la fotografía de una forma “slow”, cuando muestran sus fotografías cuentan las historias que hay tras ellas, comparten su experiencia, ese día lluvioso y melancólico, el otro día con un amanecer maravilloso… hay una historia tras cada foto, mil experiencias.
Seleccionar mucho, elegir bien
Y como no cada disparo cuenta esa historia, esa experiencia como nos gustaría, lo que hacemos es seleccionar muchísimo nuestras fotos. No nos tiembla la mano al descartar 999 fotos de 1000 disparos que hemos hecho. (Ni 9 de 10). Sabemos que hay pocas imágenes que realmente cumplan nuestras expectativas.
Por eso seleccionamos mucho y elegimos bien la foto seleccionada.
El objetivo no es compartir ni competir, pero no queda descartado
Al hacer fotos en modo “slow photography” el objetivo ya hemos dicho que era vivir esa experiencia, no conseguir resultados.
Cuando se consigue una buena foto, la satisfacción es inmensa y nos suele apetecer compartirla, pero ese no es el objetivo.
En ocasiones incluso nos planteamos si esa gran foto podría ser candidata válida para algún concurso de fotografía, lo tenemos en cuenta y lo valoramos.
Que el objetivo no sea compartir las fotos o competir en concursos, no significa que no podamos hacerlo, una cosa puede complementarse con la otra perfectamente.
Mantener conversaciones con otros fotógrafxs
Incluido dentro de la filosofía “slow photography” podríamos decir que están las conversaciones con otros fotógrafos y fotógrafas. Sea en forma de un café tras la sesión de fotos, en cenas o reuniones en grupo, o con llamadas telefónicas esporádicas.
Sea como sea hablar con otros fotógrafos y otras fotógrafas nos permite ampliar horizontes y disfrutar de más momentos de Fotografía.
Porque la Fotografía no es sólo hacer fotos, la Fotografía es una forma de vivir y entender la vida. La Slow Photography es una forma de vivir y entender la Fotografía.
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