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Hoy me gustaría comentar algo que seguramente habréis sentido muchos de vosotros y vosotras al hacer una porción minúscula de todas las fotografías que habéis hecho en vuestra vida. Es ese «nosequé» que nos viene al mirar por el visor (nunca lo he sentido al mirar por la pantalla) y pulsar el disparador sabiendo que acabamos de hacer una buena foto. Aprovechando el tema, hablaremos de qué podemos considerar una buena fotografía.
De paso me gustaría comentaros que desde ayer, 30 de octubre de 2020, empieza lo que he llamado La Semana Verde. Eso significa que la cuota de todos los que os suscribáis a los cursos online de fotografía esta semana (hasta el 7 de noviembre) se destinará a un proyecto de reforestación, concretamente se donarán a la ONG Reforesta.
Ese «nosequé» que sentimos al captar una buena foto
Seguramente la inmensa mayoría de vosotros y vosotras, aunque no le ponga nombre, sabéis de lo que estoy hablando. Es eso que sentimos justo en el momento en el que disparamos y nos viene la sensación de que todo cuadra, luz, color, mirada, composición, técnica, etc. y tenemos la sensación de haber conseguido una buena foto.
Recuerdo la primera vez que hice fotos con una réflex. Fue en el mirador de Las Médulas, en León. Una familia quería una foto y se me acercó una mujer con un cacharro enorme y lleno de botoncitos preguntándome a ver si podía sacarles una foto.
La miré, miré la cámara en su mano tendida, la volví a mirar y por supuesto le respondí que sí a la vez que le preguntaba algo así como… «Dónde tengo que apretar?»
Al mirar por el visor sentí algo mágico, pero al pulsar el disparador y recordar el sonido del obturador y esa sensación, todavía revivo el momento. Era una cámara de película y, aunque tenía muchas ganas de seguir haciendo fotos, se la devolví sin disparar más. Fue el momento en el que empecé a engancharme a la fotografía.
Pero no hablo de ese «nosequé».
Cuando hablo de este nosequé hago referencia a esa sensación de «sí, la tengo», «sí, ahí va una buena foto» o «sí, eso es lo que buscaba». Que nos hace alzar la voz o incluso llegar a gritar por muy tímidos e introvertidos que seamos.
Esa sensación la tuve por primera vez cuando llevaba algo más de un año haciendo fotos. Estaba fotografiando un paisaje en Mallorca, en un embalse de aquí de la isla, cuando miré por el obturador y «voilá» sentí que tenía una buena foto. La foto, vista ahora, es bastante mediocre, por no decir incluso mala, con unas nubes quemadas y sin textura. Pero para mi, sigue siendo una buena foto.
La última vez que lo sentí, fue hace unas semanas grabando la última clase del curso de fotografía gastronómica. Ese «sí, eso es lo que buscaba» quedó incluso grabado en la clase, así que todos los suscriptores podéis verlo jejeje.
Una buena foto a nivel técnico
Si tenemos que empezar por algo, que sea por la parte «fácil», la parte técnica. Sí, en serio, esa es la parte fácil, la segunda parte requiere mucho más esfuerzo y es más compleja.
Analizando muchas fotos durante muchos años y comentando/debatiendo sobre muchas fotografías en los cursos y talleres de fotografía en Mallorca Fotográfica con los/as asistentes, llego siempre a las mismas conclusiones.
Más allá de que la foto se vea nítida, lo importante a nivel técnico es lo siguiente:
Una luz adecuada
Daos cuenta que digo adecuada, ni buena ni mala, sino adecuada. Y es que, que una luz sea buena o mala dependerá muchísimo de qué es lo que estamos fotografiando y lo que queremos contar.
Por ejemplo, una luz dura puede ser malísima para fotografiar a un bebé, pero una luz espléndida para un boxeador.
O esa misma luz dura, bien controlada, manejada y cuidada, puede ser una auténtica joya para esa fotografía del bebé al que al principio no le iba nada bien esa iluminación.
Por lo tanto, una buena foto tendrá la luz que mejor le va a motivo que queremos fotografiar, pero también a la historia que queremos contar de ese sujeto.
Una buena composición
Es fundamental y, aunque existen múltiples composiciones para una misma escena, no conseguirás nunca una buena fotografía a partir de una mala composición.
Pero entonces… qué es una buena composición? Una buena composición fotográfica es aquella con la que conseguimos captar la mirada del espectador, mostrar lo que queremos mostrar y como queremos mostrarlo y conseguir atrapar esa mirada el espectador en la imagen el máximo tiempo posible logrando que se fije en todos los detalles.
Además a esa composición buena ni le sobra ni le falta nada. Ningún elemento en el encuadre está ahí por estar, sino porque forman parte de esa historia, de esa fotografía.
Si quieres aprender más composición, te animo a que eches un vistazo al curso de Composición fotográfica.
Buena elección y combinación de los colores
Si hablamos de fotografía en blanco y negro, este apartado sería exactamente igual, pero hablando de tonos de grises.
Pero la fotografía es luz, y la luz es color, así que elegir bien los colores y la combinación de los mismos es fundamental para conseguir una buena foto. ¿Y cómo combinamos bien los colores? Pues dependerá de nuevo de lo que queréis contar
La técnica básica se da por hecho
Lo de que la foto esté nítida, con la exposición que consideras correcta y demás, es algo que lógicamente debe estar presente en una buena foto, pero lo damos por hecho y por eso no profundizaré más en estas cuestiones.
Quizás por eso tardé más de un año en sentir ese «nosequé» por primera vez.
No todo es técnica
Lógicamente sin técnica será más difícil conseguir esas buenas fotografías. Pero la técnica no lo es todo. Por eso me gusta hablar de las «Tres emes» y no, no me refiero a Mascarilla, Manos limpias y Metro de distancia, me refiero a las siguientes:
El motivo: Lo que estás fotografiando y será el contenido de tu foto.
El momento: Captar ese momento único. No como momento irrepetible, sino como instante en el que todo está donde quieres que esté. Existe esa expresión en la mirada, esa luz, esa postura o lo que sea que estás buscando en el momento de activar el obturador.
Tu motivación: Seguramente lo más importante. No se trata de estar más o menos motivado, sino de qué objetivo tienes al hacer la foto. Es decir, que sientes antes de pulsar el disparador, qué estás viviendo, experimentando, imaginando o incluso soñando al diseñar esa fotografía. Qué es lo que quieres contar con la foto. Qué te gustaría que pensaran o sintieran las personas al ver tu fotografía… todas estas cosas serán las que convertirán tu foto en una buena foto.
¿Y cómo conseguimos esas buenas fotos?
A parte de aprender técnica fotográfica, algo que podéis hacer con mis cursos de fotografía o de otras cientos de formas diferentes, siempre digo que hacer buenas fotos requiere tres cosas.
Una buena foto es tuya
Siempre insisto en esto, la cuestión es disfrutar de la fotografía. Que la foto sea mejor o peor a los ojos de los demás, no debería ser nuestra prioridad.
Una buena fotografía para ti será aquella que te lo parezca, que te guste, que te traiga buenos recuerdos. En definitiva, una buena fotografía tuya lo es para ti independientemente de lo que le parezca a los demás.
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